Mariló Cortés, 3º A

Una noche sentada en la cama descubrí lo que es estar enamorada y que no te amen. Un dolor muy fuerte me inundó el pecho, fue una sensación fuerte y dolorosa como si un mundo de colorines se volviera gris en un instante. Me sentí impotente, cabreada por no saber qué hacer. Fueron pasando las noches y ya perdí la cuenta de cuántas las pasé en vela.
Tengo miedo de no volver a verte y no es tu culpa, lo sé pero es que… te quiero, quiero escucharte, tenerte y no perderte. Pero me has hecho daño. Me dejaste sola en mi cama por eso se me hacen los días eternos. Quiero que este dolor se vaya de mí, no lo soporto más. Yo pensaba que te había olvidado, que ya no te quería. Pensaba que yo era más fuerte, pero me equivoqué, creí que eras sincero, que me querías... Vivía ilusionada cuando estaba contigo y reía enamorada, mirándote a los ojos. Ahora sufro por tocarte, me muero por tenerte. Eres como un agujero dentro de mí... ¿Habrá algún motivo para que pase esto?
Pero aún recuerdo tu sonrisa, tus abrazos y tu silencio. Te convertiste en mi mejor amigo y conseguiste que mi corazón latiera con fuerza. Tú fuiste el que me dijo que no te abandonara nunca y ¿tú que has hecho conmigo?
Estoy harta de llorar, no aguanto más. Nunca quise amarte pero tú eres esa excepción, tú eres ese cachito de mi vida… pero ya qué más da pensarte si no te veo. Vivo en un mundo en el que me falta tu compañía, por las noches me derrumbo al pensar que ya no eres mío. Aquí estoy preguntándole a la vida por qué me dio tus besos, si ahora no sé dónde están y el porqué de tus “te quieros”, si jamás volverán a existir. Siempre serás ese chico que a mí me hizo volar, pero ya solo me queda guardar tu voz y tu foto en un cajón de mi memoria.
Ya conocí a demasiados niños, pero a pocos hombres. Ya le dije a gente “te quiero” y al final acabé odiándola, pero solo le dije “te amo” a la persona que aún estoy olvidando. Ahora creo que tal vez no exista esa persona para compartir. Sigo siendo esa niña enamorada de ese niño que he buscado y que jamás encontré. Quizás solo lo encuentre cuando deje de buscar; así que no buscaré más a mi príncipe, porque si existe me encontrará él a mí y yo solo tendré que aceptarlo. Por eso, mientras llega y no,
no perderé el tiempo y viviré la vida ¡¡¡como me la merezco!!!